Más de la mitad de los conductores españoles sin antecedentes de tráfico admiten conducir tras consumir alcohol o drogas, subestimando gravemente los riesgos que esto conlleva. Esta alarmante realidad ha sido revelada por dos estudios del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada (UGR).
"La mitad de los conductores admiten beber y conducir: no tienen antecedentes, pero sí suponen un riesgo", alerta la catedrática de la Facultad de Psicología de la UGR Cándida Castro, firmante de la investigación. Los trabajos revelan que una proporción significativa de conductores no infractores consumen sustancias antes de ponerse al volante, incluso sin presentar antecedentes penales ni multas.
Cifras preocupantes de consumo al volante
El equipo científico ha analizado los patrones de consumo asociados con elementos demográficos y comportamientos peligrosos, como errores, violaciones de las reglas de circulación y casi accidentes. Los resultados muestran que más del 50% de los conductores usan el coche tras consumir una o dos bebidas, mientras que un 15% lo hace tras el consumo de drogas.
Estas cifras indican "falta de autocontrol y percepción de riesgo", según los investigadores. Además, existen diferencias significativas entre sexos: son los hombres quienes mayoritariamente confirman conducir tras tomarse una o dos cervezas o una o dos copas de vino.
Implicaciones para la seguridad vial
Los resultados tienen implicaciones claras para la seguridad vial española. "Los conductores sin antecedentes también representan un riesgo significativo y esto sugiere que las estrategias preventivas no deben centrarse únicamente en los infractores habituales o reincidentes", explica Castro.
Los hallazgos remarcan la necesidad de revisar la tolerancia social hacia el consumo moderado antes de conducir. "Incluso dosis leves se asocian con más accidentes, errores al volante y actitudes temerarias", detalla la catedrática de la UGR.
Urgencia de campañas educativas
Los investigadores plantean la urgencia de diseñar campañas educativas que corrijan estas percepciones erróneas y fomenten una cultura de tolerancia cero. Las investigaciones se enfocan en conductores no infractores, una población que habitualmente no es considerada de riesgo pero que sí puede llegar a serlo.
Los estudios han utilizado un diseño transversal basado en autoinformes, aplicando herramientas psicométricas validadas como el AUDIT para consumo de alcohol, el DAST para drogas y el DBQ para comportamientos de conducción. El equipo científico realizó un análisis multivariado para identificar asociaciones entre el consumo de sustancias, variables sociodemográficas y comportamientos peligrosos, relacionando además el nivel de consumo con el historial de incidentes viales, multas y errores de conducción.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.