Mayte Torres, fotógrafa de Barcelona, vive una situación desesperante con su hijo Leo, de 11 años, diagnosticado con autismo severo y un 85% de discapacidad reconocida. «La convivencia y el día a día son terribles, es como vivir en una cárcel: no puedes ni ir a por el pan, no puedes quitarle el ojo de encima», explica la madre. La convivencia se ha vuelto extremadamente difícil durante las vacaciones de verano.
El menor tiene conductas disruptivas constantes que requieren vigilancia permanente. Torres describe que «se escapa, sale corriendo, se sube a los muebles, tira cosas por la ventana» y necesita atención las 24 horas del día. Aunque no es violento y entiende que sus conductas están mal, «tiene un impulso que le supera», reconoce la madre.
Rechazo del único recurso público
El Hogar Respir de la Diputación de Barcelona rechazó acoger a Leo este verano tras dos estancias de prueba en febrero y marzo. Los profesionales del centro pidieron a Torres que se llevara a su hijo porque no podían garantizar la integridad del resto de usuarios. Cecilia Navés, coordinadora del Respir, confirmó que el centro no estaba preparado para atender las necesidades específicas del menor.
La coordinadora reconoció la limitación del recurso: «Estos niños necesitan otro recurso especializado, el problema es que nosotros somos el único que existe». Según El Periódico, el Hogar Respir recibió 622 solicitudes este verano pero solo pudo acoger a 412 familias, dejando a 218 sin apoyo.
Crisis económica familiar
La decisión dejó a la familia sin alternativas durante los tres meses de vacaciones escolares. «En pleno verano nos dejaron a la intemperie ¿Qué hacemos? No tenemos ni una alternativa», lamenta la madre. Torres recibe únicamente 400 euros mensuales de ayudas a la dependencia, una cantidad insuficiente para cubrir las opciones privadas.
Los campamentos y colonias especializadas cuestan entre 300 euros semanales y 800 euros mensuales. La escuela proporciona una beca para el casal de verano, pero como máximo pueden estar dos semanas. «Te ves obligada a dejarte mucho dinero», lamenta Torres.
Problema sistémico en Catalunya
Como informa El Periódico, aproximadamente 13.000 menores en Catalunya tienen niveles de dependencia reconocidos que requieren atención especializada. La federación Dincat únicamente proporciona apoyo domiciliario a 100 familias con 150 horas anuales, una cobertura claramente insuficiente ante la demanda existente.
Desesperación y súplica institucional
Torres implora ayuda institucional con palabras desgarradoras: «Por favor, por nuestra salud mental y física. No podemos seguir así, necesitamos descansar». La madre se siente abandonada por el sistema: «Nos están diciendo que nuestro hijo es tan tan tan complejo que nos lo tenemos que quedar nosotros, se lo sacan de encima. ¿Y entonces qué?»
La familia debe cuidar de Leo las 24 horas del día durante las vacaciones de verano. Su caso evidencia la falta de recursos especializados para familias con menores que presentan necesidades complejas de atención durante el período estival.
Fuentes utilizadas: "El Periódico" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.