Los médicos andaluces han iniciado este martes una huelga de cuatro días consecutivos que se extenderá hasta el viernes 12 de diciembre. La protesta, convocada por el Sindicato Médico Andaluz (SMA) y la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM), se dirige contra el Estatuto Marco propuesto por el Ministerio de Sanidad. La movilización afecta a aproximadamente 30.000 facultativos sanitarios en Andalucía y coincide con una ola de virus respiratorios que ha llevado a la Junta a recomendar el uso de mascarillas en centros sanitarios hasta el 8 de enero.
El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha establecido servicios mínimos para garantizar la atención urgente durante la huelga. En el servicio de emergencias 061 se mantendrá el 90% del personal en cada franja horaria, mientras que en Salud Responde se asegurará el 75% de la plantilla. Las urgencias hospitalarias contarán con la plantilla habitual de fin de semana, con un refuerzo de hasta el 50% de los médicos dependiendo del número de residentes (MIR) asignados a cada unidad.
Protesta por la supervivencia del sistema
Rafael Ojeda, presidente del SMA, ha defendido que la huelga no busca beneficios económicos sino la viabilidad del sistema público. «Estamos yendo a la huelga por la supervivencia del sistema, porque si no cambia es insostenible», declaró a Canal Sur Televisión. El dirigente sindical subrayó que «no están pidiendo dinero» y que cada día de paro implica pérdidas salariales para los profesionales.
Los médicos reclaman un estatuto específico que reconozca las particularidades de su profesión, rechazando el modelo propuesto por el Ministerio de Sanidad que mantiene una clasificación unificada para todos los profesionales sanitarios. Ojeda ha asegurado que los facultativos están «más unidos que nunca» y que «no vamos a consentir y no vamos a parar hasta que se nos escuche».
Conflicto político entre la Junta y el Ministerio
El consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, ha responsabilizado directamente a la ministra de Sanidad, Mónica García, del «daño que pueda provocar» esta huelga al sistema sanitario andaluz. Sanz ha acusado a García de mantener una actitud de «inacción» frente al malestar profesional y de buscar «la confrontación en temas que no son de su competencia en lugar dar soluciones a los problemas de la sanidad pública de España».
El consejero ha reclamado a la ministra «abandonar el debate público y abrir vías efectivas de diálogo, para evitar el daño que esta huelga de cuatro días, tras un puente, puede provocar a la sanidad pública». La Junta sostiene que la reforma del Estatuto Marco «es exclusiva competencia del Ministerio» y critica la falta de participación de las comunidades autónomas en su elaboración.
División en el sector sanitario
La reforma del Estatuto Marco ha generado profundas divisiones en el sector sanitario. Mientras CESM y SMA defienden un estatuto específico para médicos, otros sindicatos mayoritarios como UGT, CCOO, CSIF, SATSE-FSES y CIG-Saúde rechazan esta propuesta y han programado una huelga indefinida para enero. Estos sindicatos critican la «deslealtad» del Ministerio por mantener negociaciones «paralelas» con los sindicatos médicos.
La Consejería de Sanidad andaluza ha advertido de «fricciones» y «preocupación» entre otros colectivos sanitarios como enfermería, técnicos, fisioterapeutas y trabajadores de emergencias, que temen que la nueva clasificación profesional «pueda romper dinámicas de equipo y organización ya consolidadas».
El Ministerio de Sanidad ha apelado a la «responsabilidad colectiva» para no bloquear un texto que considera una «oportunidad histórica» tras dos décadas de parálisis del estatuto. La cartera ministerial defiende que su propuesta recoge «todas aquellas demandas que se encuentran dentro de su ámbito competencial», pero no puede incluir aspectos que corresponden a las comunidades autónomas o que resulten inconstitucionales.
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).




