La FIFA ha reafirmado su compromiso con el fútbol femenino como «la primera y gran oportunidad de crecimiento» del deporte rey. El organismo se ha fijado la meta de alcanzar 60 millones de practicantes para 2027, año en que el Mundial de Brasil servirá de «gran catalizador» para «demostrar que esto es una fuerza a escala mundial».
Ignacio Toro, Senior Manager de Profesionalización y Desarrollo del Fútbol Femenino de la FIFA, presentó estos planes durante su ponencia en el Congreso ELEVA, organizado por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid).
El directivo chileno calificó el encuentro de «iniciativa ejemplar», especialmente por no centrarse «sólo en el ámbito local y regional sino también a nivel mundial». Reconoció que jamás habría imaginado «la evolución» vivida por el fútbol femenino desde que comenzó a trabajar «en el fútbol más modesto» en su país.
«Todas las expectativas han sido superadas, pero queda mucho por hacer y es responsabilidad de todos los que estamos aquí», subrayó Toro.
Estrategia global de crecimiento
El directivo detalló la visión de la FIFA: «FIFA lo tiene claro y ve al fútbol femenino como primera y gran oportunidad de crecimiento del fútbol. Necesitamos ver cómo podemos garantizar que estos momentos tengan el mayor impacto y apoyar al mismo tiempo a que las niñas se sientan invitadas a jugar».
El organismo lanzó en 2018 «una estrategia global», actualizada recientemente «para adaptarse a la rápida evolución del fútbol femenino». Toro explicó que no es «sólo un 'pdf', es nuestra verdadera brújula que nos dice si vamos bien o mal».
La estrategia incluye los pilares de «desarrollar y crecer, competir, comunicar y comercializar, gobernar y liderar, y formar y empoderar». El éxito, según el directivo, depende de las 211 asociaciones miembro y su ecosistema del fútbol femenino.
Mundial de Brasil 2027 como catalizador
Toro destacó que el Mundial de Brasil 2027 «va a duplicar la inversión» del de 2023 en Australia y Nueva Zelanda, donde la FIFA invirtió 500 millones de dólares. Los ingresos de la última Copa del Mundo fueron «tres veces más» que los de 2019 en Francia.
«Brasil no necesita presentación. Es un país de fútbol y será la primera vez que la Copa del Mundo Femenina va a Sudamérica, al quinto país más grande del mundo, al tercer mercado en redes sociales y donde el 91 por ciento de su población sigue el fútbol. Es un escenario perfecto, es lo que necesitamos para llevar al fútbol femenino al siguiente nivel», advirtió.
Crecimiento exponencial
Las cifras de audiencia muestran la transformación del fútbol femenino. El Mundial de 2015 tuvo 750 millones de espectadores en audiencia televisiva, el de 2019 alcanzó 1.100 millones y el de 2023 rompió ese techo con 2.000 millones.
«Eso es más que crecimiento, es transformación y está impulsado por creer. En el 2023, el fútbol tomó la palabra, tuvo éxito comercial y demostró dónde somos capaces de llegar y que es el momento de redefinir la escala de valor de lo que es el Mundial Femenino. Ese torneo superó el umbral de rentabilidad y ahora hay que ir a por más, demostrar que esto es una fuerza a escala mundial», recalcó Toro.
El directivo señaló entre las prioridades pendientes aumentar el número de entrenadoras en la élite, porque «no hay suficientes y eso pasa por expandir la base», tener «más mujeres en puestos de liderazgo» y lograr una «mayor comercialización».
La FIFA también impulsa nuevos torneos «en camino» con el objetivo de tener «cada año un evento mundial», como la Copa de Campeones Femeninas del año que viene o el futuro Mundial Femenino de Clubes de 2028.
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).









