Los niños a partir de los 3 años deben someterse a revisiones oftalmológicas completas de forma anual, especialmente con la vuelta a las aulas. Así lo afirman los expertos del grupo de oftalmología Miranza.
Los defectos refractivos como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo representan los problemas visuales más frecuentes durante la infancia. Estos trastornos afectan actualmente al 20 por ciento de los niños, según los especialistas.
Problemas visuales frecuentes en la infancia
La ambliopía u «ojo vago» constituye otra condición común que provoca baja visión en uno de los ojos. Esta alteración puede originarse por múltiples causas como el estrabismo, defectos refractivos no corregidos o cataratas.
Si estas alteraciones visuales no se diagnostican y tratan a tiempo pueden derivar en dificultades de aprendizaje, fatiga visual, dolores de cabeza o bajo rendimiento escolar. La detección temprana resulta fundamental para evitar estas complicaciones.
Revisiones para adultos y efectos del verano
Los adultos también deben realizar revisiones periódicas, especialmente si presentan factores de riesgo como antecedentes familiares, uso intensivo de pantallas, hipertensión, diabetes o exposición prolongada al sol. Después del verano, muchas personas experimentan molestias oculares relacionadas con la sequedad, irritación o alteraciones en la piel del contorno ocular.
Estas molestias se deben al sol, el cloro o la sal del mar, explican los expertos de Miranza. Las afecciones oculares más comunes en esta época incluyen molestias por cuerpos extraños en los ojos, efectos de la luz ultravioleta y conjuntivitis causada por el cloro.
Síntomas tras la temporada estival
Los síntomas más frecuentes comprenden ojos pegajosos, enrojecimiento ocular, sensación arenosa en uno o ambos ojos, sensibilidad a la luz, lagrimeo o secreción ocular. Además, existen enfermedades oculares graves como el glaucoma, que no presentan síntomas evidentes en sus primeras fases.
Para tratar las alteraciones en la piel del contorno ocular, los especialistas recomiendan terapia de inducción de colágeno, neuromoduladores, Luz Pulsada Intensa o Láser CO2. Estos tratamientos buscan combatir la flacidez facial y conseguir una piel más firme.
Epidemia de miopía en aumento
La Organización Mundial de la Salud prevé que la mitad de la población mundial será miope en 2050. Este problema visual no tiene cura, pero sí cuenta con tratamientos eficaces que pueden ralentizar su avance.
El tratamiento más utilizado actualmente es el colirio de atropina en bajas concentraciones, que se aplica por la noche durante largos períodos. Este método permite controlar el crecimiento acelerado del globo ocular, causa principal del problema.
Opciones de tratamiento disponibles
También existen alternativas como lentes oftálmicas especiales o lentes de contacto multifocales. Estas soluciones no solo corrigen la visión, sino que también ayudan a controlar el crecimiento del ojo, factor que hace que la miopía aumente con el tiempo.
«Son tratamientos cómodos y seguros, adaptados para su uso en la infancia bajo la supervisión del oftalmólogo», afirman los oftalmólogos de Miranza. La especialista en oftalmología pediátrica, Ana Wert, identifica varios factores que contribuyen al desarrollo o empeoramiento de la miopía.
Factores de riesgo y señales de alerta
Entre estos factores destacan una menor exposición a la luz natural y la realización de actividades relacionadas con dispositivos digitales o el abuso prolongado de la visión de cerca. La genética «es otro factor de riesgo que preocupa a muchas familias cuando hay, al menos, un padre miope», añade Wert.
Los padres deben prestar atención a señales como acercamiento exagerado a la televisión, pantallas o libros, dificultad para mantener la atención durante las clases, parpadeo frecuente o sequedad ocular. También resultan indicativas la evasión de juegos al aire libre, molestias por dolores de cabeza o signos de fatiga visual.
Fuentes utilizadas: "EuroPress" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.