La decisión de Santiago Abascal (Vox) de romper los gobiernos de coalición con el PP en cinco comunidades autónomas cumple este viernes un año, pero el partido de extrema derecha continúa siendo decisivo en estas regiones. La gestión de la inmigración ilegal fue el origen del divorcio político y ahora vuelve a marcar distancias entre ambas formaciones.
Los gobiernos de coalición autonómicos fueron resultado de las elecciones del 28 de mayo de 2023 en Aragón, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Murcia, además del apoyo externo en Baleares. Algunos barones populares, como el valenciano Carlos Mazón, asumieron rápidamente que necesitaban integrar a Vox para gobernar, mientras otros como la extremeña María Guardiola mostraron más reticencias.
Crisis migratoria como detonante
Las relaciones se deterioraron por la crisis migratoria en Canarias, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez (PSOE) planteó distribuir menores migrantes por la Península para aliviar la carga canaria. Vox se opuso frontalmente al reparto y exigió a sus socios de gobierno rechazar cualquier menor migrante en esas comunidades.
Cuando el PP abrió la puerta a aceptarlos, Abascal consumó su amenaza y aseguró que Vox pasaría a ser una oposición "leal y contundente" en esas regiones. Un año después, el PP ha sufrido las consecuencias de gobernar en minoría, especialmente para aprobar los presupuestos autonómicos.
Presupuestos condicionados por Vox
De las cinco comunidades más Baleares, los populares han logrado pactar las cuentas públicas regionales en la Comunidad Valenciana, Murcia y las islas, pero no en Aragón, Castilla y León y Extremadura. Vox se congratula de hacer valer el peso electoral y negocia con condiciones que representan el núcleo de sus posicionamientos políticos.
Para alcanzar pactos presupuestarios, Vox trasladó al PP que debían renunciar a las políticas verdes y a las que favorecen la inmigración irregular. La respuesta del PP ha sido desigual según las comunidades autónomas.
Mazón cede a las exigencias
Mazón fue el primero en asumir varias medidas de Vox en materia de inmigración y políticas climáticas esta primavera, tras quedar debilitado por la gestión de la DANA que dejó más de 200 muertos. Cuando anunció el acuerdo, cargó contra el Pacto Verde Europeo y afirmó que la Comunidad Valenciana "tiene un problema" con la inmigración ilegal.
Los presupuestos valencianos recortan fondos para la Acadèmia Valenciana de la Llengua e incluyen medidas para la "reagrupación familiar" de menores migrantes. Tras Mazón vinieron Marga Prohens (Baleares) y Fernando López-Miras (Murcia), que dieron respuesta a varias reclamaciones de Vox.
Murcia retrocede ante amenazas
Vox no solo ha condicionado las cuentas autonómicas, sino que ha logrado que el PP se retracte de ciertas decisiones. El último ejemplo se encuentra en Murcia, donde el Gobierno de López-Miras tuvo que dar marcha atrás en un proyecto de compra de viviendas para acoger menores migrantes, después de que Abascal amenazara con tumbar los presupuestos.
En Castilla y León los presupuestos no eran urgentes porque la comunidad celebra elecciones en 2026, mientras que en Extremadura la relación de Guardiola con Vox nunca ha sido buena. La negociación está encallada desde el principio.
Tensiones a nivel nacional
Las relaciones entre PP y Vox a nivel nacional no pasan por su mejor momento. Abascal endureció el tono contra Alberto Núñez Feijóo (PP) tras la ruptura autonómica y en sus intervenciones dedica casi el mismo tiempo para atacar a su exsocio que para recriminar al Gobierno.
El líder de Vox centra sus reproches en que la oposición de los populares al Ejecutivo de Sánchez es insuficiente y ha pasado a equiparar las políticas de ambos partidos. Dispara contra el bipartidismo y los acuerdos para renovar instituciones como el Consejo General del Poder Judicial.
Feijóo descarta ministros de Vox
En los últimos días, las tensiones se incrementan por la política de pactos que Alberto Núñez Feijóo quiere desplegar de cara a las próximas elecciones. Su compromiso, proclamado en el Congreso Nacional del PP, es gobernar en solitario abriéndose a pactos con Vox, Junts y puntualmente con un PSOE sin Sánchez.
Feijóo reclama lograr diez millones de votos para gobernar en solitario y proclama que no quiere ministros de Vox en su gobierno. Abascal lo tiene claro: "no quiere ministros de Vox porque quiere una coalición con el PSOE".
Inmigración, el eterno punto de fricción
El último choque se ha producido nuevamente por la gestión de la inmigración ilegal, la causa principal del divorcio hace un año. Vox ha querido dejar claro que su prioridad es deportar a "millones" de extranjeros que entraron ilegalmente en España, incluidos menores.
El PP ha marcado distancia subrayando que la legislación lo impide y que no se les puede negar servicios sociales como la atención sanitaria. La inmigración sigue siendo el tema que más separa a ambos partidos en sus estrategias políticas.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.