España marca el 50 aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco con una mirada retrospectiva a cinco décadas de transformaciones profundas. El país que despidió a Franco en noviembre de 1975 apenas se reconoce en el de hoy: una población envejecida ha sustituido a la joven, las comunidades autónomas han reemplazado a la centralización, y las libertades han borrado las restricciones del franquismo.
La cantante Lola Flores inauguró 1975 en las campanadas de TVE con una predicción certera: «Un año que no se va a poder aguantar». Carmen Franco ordenó desconectar el soporte vital artificial de su padre a las 23:15 del 19 de noviembre. La hora oficial de la muerte: las 05:25 del 20 de noviembre.
Una España irreconocible
La transformación demográfica define el cambio más visible. En 1975, España contaba con unos 36 millones de habitantes con una pirámide poblacional de base ancha - los jóvenes eran mayoría. Hoy roza los 50 millones con una estructura invertida: el envejecimiento marca la realidad del país.
Galicia ejemplifica este giro dramático. El grupo de edad más numeroso en 1975 era el de 10-14 años. Hoy es el de 50-54 años. Los niños menores de 5 años en Galicia cayeron de 213.818 en 1975 a 77.506 actualmente - un descenso del 64%.
Los municipios con menos de 100 habitantes aumentaron un 211% en medio siglo. Las ciudades de más de 50.000 habitantes crecieron un 141% desde el fin de la dictadura. En Galicia, las siete principales urbes (Vigo, A Coruña, Santiago, Pontevedra, Ferrol, Ourense y Lugo) concentraban el 28,5% de la población a mediados de los setenta. Hoy albergan el 36,8%.
Revolución en matrimonio y maternidad
En 1975, la mayoría de las mujeres tenían su primer hijo antes de los 25 años. Hoy, la edad media supera los 30. El 98% de las madres en 1975 habían estado casadas. La edad típica para el matrimonio oscilaba entre 18 y 24 años.
Los datos del último año de Franco revelan cifras impactantes: 603 matrimonios de mujeres menores de 15 años y 12 de hombres menores de esa edad. En 2023, en cambio, 17.146 personas mayores de 60 años contrajeron matrimonio. La edad media actual para casarse: 31-32 años. Se celebran un 39% menos bodas que en 1975.
El régimen franquista promovía activamente la natalidad. La Voz informó el 16 de marzo de 1975 que una pareja de Vitoria ganó el primer premio de los "Premios Nacionales de Natalidad" por tener 19 hijos. En 1976, el Rey Juan Carlos otorgó el primer "Premio de Promoción Familiar" a una viuda compostelana de 59 años que criaba a 9 hijos. La Voz describió: «De los nueve hijos habidos, uno es doctor, tres son licenciados, cuatro estudian licenciatura y uno falleció».
El fin de las restricciones a las mujeres
Las mujeres casadas necesitaban «licencia marital» para abrir cuentas bancarias, comprar propiedades o comparecer ante un tribunal hasta mayo de 1975 - a menos que fuera contra el marido. El esposo podía rescindir unilateralmente el contrato laboral de su mujer. La «patria potestad» recaía casi exclusivamente en el padre. Las mujeres casadas necesitaban autorización del marido para obtener el carnet de conducir; las solteras, del padre.
Solo el 25,8% de las mujeres se examinaba para el carnet de conducir en 1975.
Salud y longevidad
La esperanza de vida se disparó. Los bebés nacidos en 1975 esperaban vivir poco más de 70 años. Hoy se espera que vivan 10 años más de media - la expectativa general para hombres y mujeres alcanza los 83 años. España ocupa el segundo lugar mundial en aumento de esperanza de vida, tras Japón.
Los centenarios son una realidad creciente. Datos del INE de 2024 registran 16.902 personas con más de 100 años, la mayoría mujeres.
Las enfermedades cardiovasculares y los tumores ya eran las principales causas de muerte en 1975 - con un 18% y un 16% respectivamente. El esquema actual es prácticamente idéntico. Las enfermedades infecciosas, en cambio, se desplomaron: de unos 2.500 casos de tifoidea y 7.600 de brucelosis en 1975 a unos 50 casos anuales de cada una en la actualidad.
El tabaquismo retrocedió radicalmente. Cerca del 60% de los hombres fumaba a diario en 1975. Hoy, el 20% de los hombres y el 13% de las mujeres consumen tabaco habitualmente. La Ley Antitabaco de 2005 marcó un cambio cultural.
La temperatura sube
La temperatura media de las principales ciudades gallegas aumentó 2 grados en los últimos 50 años, según la Agencia Estatal de Meteorología. El último verano fue el más cálido registrado en esta región.
En 1975, el concepto de «medio ambiente» era abstracto y carecía de legislación específica. Cinco expertos advirtieron en una mesa redonda sobre contaminación que el mar se había convertido en «el evacuatorio de la humanidad» y que el ruido afectaba «fisiológica y psicológicamente al hombre».
Memoria y controversia
El aniversario llega con una preocupación latente. Según datos actuales, el 21% de la población española - incluyendo el 19,3% de los jóvenes menores de 35 años - considera la dictadura derivada de la Guerra Civil buena o muy buena.
El profesor Jorge Vilches publicó "1975. Esta españa viva, esta España muerta" (La Esfera de los Libros, 336 páginas, 21,90 euros) para desafiar la narrativa dominante. Vilches argumenta: «Nos contaron que España había sido un país gris, triste y analfabeto hasta que llegó la democracia y el PSOE para «salvarnos de nosotros mismos»». Describe una España de 1975 «pegada a la radio, que se divertía, bastante lectora y con políticos muy serios».
La cantante Cecilia quiso incluir en una canción la letra «esta España viva, esta España muerta», pero el búnker franquista exigió cambiarlo a «esta España mía, esta España nuestra».
El Rey emérito escribió en sus memorias recientes: «la democracia no cayó del cielo». Los españoles esperaron año y medio para votar y tres años para tener una Constitución tras la muerte de Franco.
Resistencia cultural
El catalán sobrevivió en la clandestinidad durante la represión franquista. El historiador Lluís Duran asistió de niño a clases secretas de catalán a finales de los sesenta en el Palau Dalmases de Barcelona. Describió la experiencia: «Éramos conejos intentando escapar del cazador. Todos los sistemas para lograrlo eran válidos, excepto hacerte amigo del cazador, porque sabías que, si lo hacías, acabarías en la olla».
Los libros de inglés estaban sobre la mesa por precaución, explicó Duran: «Encima de la mesa había libros de inglés por si entraba la Brigada Político-Social».
El régimen prohibió el catalán en el espacio público tras la Guerra Civil. De más de 1.500 periódicos y boletines en catalán antes de 1936, solo quedaron 14 entre 1939 y 1960. El catalán no volvió a ser asignatura obligatoria escolar hasta 1978, tras casi medio siglo de ausencia.
Òmnium Cultural, fundada en 1961, canalizó la resistencia. Joan Baptista Cendrós, uno de sus cinco fundadores, convirtió su comedor en punto de encuentro. Su hija Laura recordó: «El comedor de mi casa, en la calle de Ganduxer, era la sala de máquinas que acogía intelectuales y gente dispuesta a preparar el país para cuando llegara la democracia».
Carles Vallejo, presidente de la Associació Catalana d'Expresos Polítics del Franquisme, explicó: «Mucha de la inmigración llegada del sur de España que se implicó en la lucha antifranquista desde el movimiento obrero e industrial incorporó la defensa de la lengua y la cultura catalana como parte de esa batalla por los derechos y libertades».
TVE emite en noviembre de 2025 programación conmemorativa, incluyendo un segmento en 'Informe semanal' y el documental 'Voladura 76' de Marisa Lafuente. El documental aborda las maniobras políticas durante la transición, cuando el Gobierno invitó a procuradores del viejo régimen a un crucero por el Caribe para impedir su presencia en la votación final sobre las reformas.
El cantante Víctor Manuel resumió en 1983 el espíritu de la transición en su canción "Esto no es una canción": «Que aquí cabemos todos, o no cabe ni Dios».
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).







