La endocrinóloga Mercedes Noval destacó este miércoles la importancia del diagnóstico precoz de la hipercolesterolemia familiar para reducir el riesgo cardiovascular. La especialista, miembro del Grupo Lípidos y Riesgo Cardiovascular de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), hizo estas declaraciones con motivo del Día Mundial de la Hipercolesterolemia Familiar.
Esta dislipidemia primaria de origen genético provoca que los pacientes nazcan con la enfermedad y presenten niveles altos de colesterol LDL desde la infancia, por encima de los 200 miligramos por decilitro. El exceso de colesterol en sangre se acumula en las arterias, creando placas de ateroma que desencadenan arterosclerosis, una enfermedad sistémica que puede afectar todos los territorios vasculares.
«El diagnóstico precoz nos ayuda a establecer un tratamiento en estos pacientes, lo que es esencial porque si a los niños empezamos a tratarles a partir de los 8 o 10 años, equiparamos su riesgo cardiovascular al del resto de la población», afirmó Noval. La doctora explicó que cuantos más años permanezcan estos pacientes sin diagnóstico, mayor será su riesgo de sufrir un evento cardiovascular.
Dieta mediterránea como pilar
Además del tratamiento farmacológico prescrito por el médico, la especialista subrayó la importancia de seguir una dieta mediterránea y mantener un estilo de vida saludable. «La modificación del estilo de vida, particularmente de la dieta, es la pieza clave de la estrategia poblacional para la prevención cardiovascular», añadió Noval.
La SEEN publicó una guía con recomendaciones alimentarias que posiciona el aceite de oliva virgen extra como alimento fundamental por su perfil de grasa «altamente cardio-saludable». Los expertos aconsejan consumir cinco raciones diarias de frutas y verduras: dos de verduras (una cruda) y tres de fruta fresca.
Recomendaciones específicas
Las legumbres deben incorporarse en un mínimo de tres raciones semanales, mientras que los frutos secos pueden consumirse diariamente, al menos tres veces por semana en raciones de 30 gramos. Los endocrinólogos consideran «esencial» el consumo de tubérculos y huevos entre dos y cuatro veces semanales, pudiendo incluir incluso un huevo diario.
El pescado debe consumirse al menos tres veces por semana y la carne un máximo de tres o cuatro veces, priorizando aves de corral y carnes magras. La guía recomienda limitar las carnes rojas a dos veces semanales y evitar completamente las carnes procesadas como embutidos, además de los alimentos ultraprocesados por su alto contenido en grasas poco saludables.
Los lácteos constituyen una fuente importante de calcio y vitamina D, siendo preferibles aquellos con bajo contenido graso como leche desnatada, yogures y quesos frescos. Los expertos destacaron los beneficios cardiovasculares del té y café, siempre limitando al máximo el azúcar añadido y manteniendo el consumo de sal por debajo de cinco gramos diarios.
Fuentes utilizadas: "Europa Press" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.