El Rey Felipe VI ha advertido sobre una «inquietante crisis de confianza» que afecta a las sociedades democráticas y ha hecho un llamamiento urgente a preservar la convivencia en España. En su mensaje de Navidad que pronunció este 24 de diciembre desde el Salón de Columnas del Palacio Real, el monarca alertó sobre el avance de «los extremismos, los radicalismos y los populismos» que se alimentan de la tensión política y la desinformación.
El discurso, el más breve de los doce que ha pronunciado desde su proclamación con apenas nueve minutos y dos segundos, marcó un cambio de formato: Felipe VI habló de pie por primera vez, abandonando la tradicional postura sentada. El Rey eligió el mismo salón donde España firmó su adhesión a las Comunidades Europeas hace 40 años.
Llamado al diálogo y la ejemplaridad
Felipe VI dirigió un mensaje especialmente contundente a la clase política. «Sin buscar responsabilidades ajenas, ni mirar a otros, qué podemos hacer cada uno de nosotros para fortalecer la convivencia. Qué líneas rojas no debemos cruzar», planteó el monarca.
El Rey exigió «respeto en el lenguaje y de escucha de las opiniones ajenas» y reclamó «ejemplaridad en el desempeño del conjunto de los poderes públicos». Subrayó la necesidad de situar «la dignidad del ser humano, sobre todo de los más vulnerables, en el centro de todo discurso y toda política».
Advertencia sobre polarización
El monarca describió la convivencia democrática como «una construcción frágil» que requiere cuidado diario. Advirtió que «la tensión en el debate político provoca hastío, desencanto y desafección» entre los ciudadanos.
Felipe VI alertó sobre las «consecuencias funestas» del pasado y señaló que la crisis de confianza actual «afecta seriamente al ánimo de los ciudadanos y a la credibilidad de las instituciones».
Los extremismos, explicó, «se nutren de esta falta de confianza, de la desinformación, de las desigualdades, del desencanto con el presente y de las dudas sobre cómo abordar el futuro».
Principios democráticos
El Rey estableció principios claros para el debate político. «En democracia, las ideas propias no pueden ser dogmas; ni las ajenas, amenazas», afirmó. Y añadió: «Avanzar consiste en dar pasos, no correr a costa de la caída del otro».
Felipe VI propuso «dar pasos con acuerdos y renuncias, pero en la misma dirección», rechazando tanto la retórica vacía como el voluntarismo sin fundamento.
Referencias históricas
El mensaje coincidió con dos aniversarios relevantes: los 50 años del inicio de la Transición democrática tras la muerte de Franco y los 40 años de la entrada de España en las Comunidades Europeas, el primero de enero de 1986.
El monarca describió la Transición como «un ejercicio colectivo de responsabilidad» que surgió «de la voluntad compartida de construir un futuro de libertades basado en el diálogo». La Constitución de 1978, recordó, resultó «un marco lo bastante amplio para que cupiéramos todos».
Desafíos actuales
Felipe VI reconoció que «vivimos tiempos ciertamente exigentes». Mencionó preocupaciones ciudadanas como el aumento del coste de la vida, las dificultades de acceso a la vivienda para los jóvenes, la incertidumbre laboral por los avances tecnológicos y el impacto creciente de los fenómenos climáticos.
El Rey concluyó con un mensaje de confianza: «Podremos lograr nuestros objetivos, con aciertos y errores, si los emprendemos juntos; participando todos, orgullosos, de ese gran proyecto de vida en común que es España».
Nota: Este artículo fue creado con Inteligencia Artificial (IA).





