Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania revela que reducir el gasto militar estadounidense podría generar una disminución significativa del consumo energético del Departamento de Defensa. Esta reducción se traduciría directamente en menores emisiones de gases de efecto invernadero.
Ryan Thombs y sus colaboradores de la Universidad Estatal de Pensilvania presentan estos hallazgos en la revista de acceso abierto PLOS Climate. Las fuerzas armadas estadounidenses son la institución que más emisiones de gases de efecto invernadero genera en todo el mundo.
Mayor emisor mundial de gases
Estas emisiones provienen de actividades como el mantenimiento de bases militares, la preparación y entrenamiento continuos, la investigación y desarrollo, y el transporte global de personal, suministros y armamento. Los propios líderes militares reconocen que el cambio climático antropogénico amenaza la estabilidad geopolítica y la seguridad nacional.
Aunque investigaciones previas han sugerido vínculos entre el gasto militar de varias naciones y sus emisiones nacionales, pocos estudios han analizado la relación directa entre gasto militar y consumo energético militar. Para subsanar esta deficiencia, Thombs y sus colaboradores realizaron un análisis estadístico de datos públicos.
Análisis de casi cinco décadas
El estudio examinó el gasto militar estadounidense y el consumo energético del Departamento de Defensa entre 1975 y 2022. El análisis demostró que las reducciones en el gasto militar se asocian con una disminución del consumo energético.
La investigación reveló una asimetría importante: la disminución del gasto tiene un mayor efecto en el ahorro energético que el aumento del gasto en el incremento del consumo energético. Estos efectos se deben principalmente a la reducción del consumo de instalaciones, vehículos y equipos, especialmente del combustible para aviones.
Recortes moderados, grandes ahorros
Los investigadores señalan que esta asimetría sugiere que recortes moderados del gasto militar estadounidense podrían reducir significativamente el consumo de combustibles fósiles. Esto contribuiría de manera notable a la mitigación del cambio climático.
El equipo también elaboró pronósticos sobre los posibles efectos de diferentes decisiones de gasto en el consumo energético entre 2023 y 2032. Estos pronósticos exploraron aumentos o recortes del gasto de diversa magnitud para evaluar su impacto futuro.
Ahorro equivalente a un país entero
Las proyecciones sugieren que para 2032, los recortes sostenidos podrían generar un ahorro energético anual comparable al consumo energético anual del estado de Delaware o de Eslovenia. Esta cifra ilustra la magnitud del potencial impacto climático de las decisiones presupuestarias militares.
Dadas las posibles implicaciones para el cambio climático y la sostenibilidad, los investigadores destacan la necesidad de realizar más investigaciones. El objetivo es dilucidar qué mecanismos podrían subyacer a los efectos asimétricos observados del gasto militar en el consumo de energía.
(EUROPA PRESS) Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.