Un equipo de investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén ha descubierto que las bacterias pueden conservar una «memoria» que se transmite a través de numerosas generaciones. Esta estrategia de supervivencia podría explicar por qué los antibióticos y las vacunas a veces fallan, según Europa Press.
La investigación, publicada en la revista 'Cell', ha desvelado una «dimensión oculta» de la vida bacteriana. Los microbios individuales pueden «recordar» entornos pasados y transmitir esa memoria durante decenas de generaciones hasta alcanzar la fase estacionaria.
Memoria bacteriana heredada
«Lo que descubrimos es que incluso una sola bacteria conserva un recuerdo duradero de su ubicación. Cuando se divide, sus descendientes conservan ese recuerdo, a veces durante 20 generaciones o más», afirmó la doctora Raya Faigenbaum-Romm, líder del proyecto.
El proceso fue identificado mediante el innovador método 'Microcolony-seq', que captura la memoria microbiana en las primeras etapas del crecimiento de las colonias. Este enfoque aísla pequeñas colonias que brotan de bacterias individuales y analiza su ARN, genomas y características físicas.
Subpoblaciones con diferentes estrategias
El equipo investigador descubrió que patógenos como 'Escherichia coli' o 'Staphylococcus aureus' se dividen en subpoblaciones estables, incluso dentro de una misma infección. Algunos linajes activaban programas de virulencia que les ayudaban a adherirse a las células huésped, mientras otros activaban genes que favorecían la motilidad o la supervivencia en condiciones adversas.
La microsecuenciación ha mostrado subgrupos bacterianos coexistentes con distintos perfiles de resistencia o virulencia a los antibióticos en infecciones del tracto urinario y del torrente sanguíneo. Estos hallazgos tienen implicaciones «urgentes» para la salud humana.
Implicaciones para tratamientos médicos
Los descubrimientos pueden ayudar a explicar por qué tantos medicamentos y vacunas experimentales contra infecciones por 'S. aureus' han fracasado en los ensayos clínicos. Solo apuntaban a una parte de la población bacteriana, dejando a otras intactas.
«Hemos estado tratando a las bacterias como si fueran todas iguales, pero en realidad, incluso una sola célula lleva consigo la historia de su pasado. La microsecuenciación nos permite finalmente interpretar esa historia», añadió la doctora Faigenbaum-Romm.
Este nuevo método también abre nuevas vías para explorar la vida microbiana al proporcionar un método sistemático para estudiar cómo las bacterias se diversifican, protegen sus riesgos y se adaptan en tiempo real. Podría tener futuras aplicaciones en patógenos fúngicos, el microbioma intestinal o la fermentación industrial.
Fuentes utilizadas: "Europa Press" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.