La psicóloga Silvia Morales, especialista del hospital Hospiten Roca de Las Palmas, ha redefinido la procrastinación como un problema emocional en lugar de organizativo. Morales asegura que aplazar tareas importantes «no es una mala gestión del tiempo, sino una mala gestión emocional» que afecta significativamente al bienestar.
«Procrastinar proviene de no saber lidiar con la incomodidad que sentimos al momento de hacer algo», explica la especialista. Esta incomodidad puede intensificarse por factores como el miedo al fracaso, la ansiedad, la depresión, la falta de ilusión o el perfeccionismo.
Base científica del comportamiento
La experta enfatiza que procrastinar «no es solo flojera o pereza», sino una respuesta cerebral que busca evitar el malestar activando el sistema de recompensas inmediatas. El cerebro obtiene estos premios instantáneos a través de actividades fáciles como revisar redes sociales, ver vídeos o comer dulces.
«Esta respuesta tiene una explicación científica. La amígdala que se encarga del control del miedo y de la ansiedad se sobre activa cuando se percibe que algo es una amenaza», detalla Morales. Paralelamente, la corteza prefrontal, responsable de controlar los impulsos, comienza a desactivarse, conduciendo al cerebro hacia lo fácil y placentero.
Estrategias para superar la procrastinación
La psicóloga recomienda dividir las tareas en pequeños pasos y establecer plazos específicos para cada uno. También sugiere eliminar distracciones como las redes sociales y comenzar las tareas incluso sin tener ganas de hacerlas.
Morales propone cambiar de ambiente y mantenerlo siempre organizado, sin objetos que puedan servir de distracción. Además, considera fundamental dejar de creer en pensamientos limitantes como «no sirves para eso» o «no tienes fuerza de voluntad», y empezar a hablarse desde el cariño.
Encontrar el propósito personal
«Tenemos que hacer aquello que resulta fácil hacer, aquello que cuando lo hacemos se nos pasa el tiempo volando», explica la especialista. Según su criterio, cada persona debe buscar dentro de sí misma para detectar su propósito y encontrar la motivación que impulse su día a día.
La experta insiste en que no se puede esperar «a tener ganas» sino que hay que hacer el esfuerzo y obligarse. «Después del esfuerzo o del sobresfuerzo, sobreviene la ilusión y la motivación», concluye, señalando que esto es necesario para evitar la inoperancia, la apatía y la procrastinación.
Fuentes utilizadas: "Europa Press" Nota: Este artículo ha sido editado con la ayuda de Inteligencia Artificial.
